Escrito por:
Dr. René Pumarino Otero
Cardiólogo Hemodinamista
Expresidente de la Sociedad Chilena de Cardiología (1992-1993)
Con motivo de celebrar los 75 años de existencia de la Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, me es muy grato hacer llegar un especial saludo, en primer lugar a su Presidente actual, Dr. Luis Sepúlveda y, por su intermedio, a todo el directorio, a los presidentes de los Comités, de Departamentos , Filiales y no menos importante, al equipo de secretarias, personal administrativo y auxiliares, sin cuyo trabajo y dedicación permanente, haría imposible el funcionamiento de esta gran Sociedad.
Hago especial recuerdo a nuestra secretaria, la Sra. Inés Tapia, quien, con su destacada labor y dedicación nos acompañó por tantos años y, desde luego, a la Sra. Jimena Bascur, a quien conozco desde su incorporación a la Sociedad.
“El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos…”, así dice una canción. Las personas, envejecemos y pasamos, pero las Instituciones siguen, crecen, se desarrollan y perduran en el tiempo, en la medida que las cuidamos y enriquecemos con nuestros pequeños aportes.
Creo que quienes hemos trabajado en la Sociedad, hemos recibido más de lo que aportamos, pero, entre todos, hemos hecho de ella algo grande y valioso.
En un comienzo, la Sociedad fue restringida a un grupo de cardiólogos con el propósito de tener una tribuna para presentar y discutir sus trabajos científicos. Eran tiempos competitivos, cada grupo pensaba que era el mejor y había que destacarse sobre los demás. Pero, con el paso del tiempo y la madurez de sus directores la visión cambió, era mucho mejor trabajar en equipo, compartir éxitos y fracasos, unir experiencias con el objetivo de aumentar la casuística y mostrar resultados fidedignos y comparables a los estándares internacionales.
Así nacieron las reuniones interhospitalarias y fruto de ellas, los Registros Nacionales como el RENAC (Registro Nacional Angioplastia Coronaria), ICARO (Registro Nacional de Insuficiencia Cardíaca) y varios otros, lo que permitió realizar trabajos cooperativos y multicéntricos.
Asimismo, se tuvo la visión de incorporar en la Sociedad a los cirujanos cardíacos, cirujanos vasculares, cardiólogos pediatras, enfermeras en cardiología, kinesiólogos y tecnólogos médicos en técnicas y procedimientos cardiovasculares, con lo que el número de Socios y asistentes a nuestros cursos y Congreso aumentó en forma significativa, como también, la cantidad y diversidad de comunicaciones científicas, enriqueciendo el diálogo y aprendizaje.
Otro hito importante fue la creación de la Revista de la Sociedad, llamado inicialmente Boletín de Cardiología, que gracias a la iniciativa del Dr. Alexis Lama, pasó de ser un medio de comunicación científica local, en la ciudad de Concepción, a convertirse en la Revista Chilena de Cardiología, alcanzando la calidad y prestigio actual.
Para no disgregar la Sociedad, se tuvo la visión de incorporar – a través de la creación de los “subcomités” y luego los llamados Departamentos, dependientes del comité científico de la Sociedad -, a los subespecialistas en cardiología: ecocardiografía, hemodinamia, intensivistas en Unidades Coronarias, hipertensión arterial, medicina preventiva, entre otros. Formando así, una gran Sociedad que nos agrupaba a todos.
Sería muy largo recordar y describir la historia…, sobre todo para los que somos parte de ella y que tenemos tantos recuerdos, anécdotas, vivencias, pero que ya vamos pasando.
A las generaciones nuevas, mis mejores deseos, y con la esperanza de que seguirán haciendo grande a esta Sociedad, que nos une como familia, para que sean mejores cardiólogos por el bien de nuestros enfermos y de Chile entero.
Un abrazo cordial a todos y todas.