Escrito Por:
Dr. Carlos Akel Ananias
Ex Presidente de SOCHICAR
Miembro Departamento de Prevención
La presión arterial es la fuerza con que la sangre circula por las arterias impulsada por los latidos del corazón llegando a todos los órganos del cuerpo.
Cuando se toma la presión arterial se mide la “alta” sistólica y la “baja” diastólica. Las presiones óptimas son 120/80 para cada una, se considera normal hasta 130/80 y se diagnostica hipertensión sobre 140/90 milímetros de mercurio.
Esta presión no es constante durante el día y varía en diferentes momentos, dependiendo factores como estar en reposo o movimiento, comida reciente, exceso de sal en la dieta, situaciones de estrés, temperaturas altas o bajas, medicamentos como el ibuprofeno o corticoides y el consumo exagerado de alcohol.
La hipertensión arterial es un problema de salud frecuente en Chile y en todo el mundo. Afecta al 27,7% de los adultos de nuestro país, subiendo en un porcentaje mayor al avanzar en edad y perder elasticidad en las arterias. En hombres y mujeres mayores de 65 años, el 75% tiene hipertensión (tres de cada cuatro individuos). La fuerza de la presión alta sobre las arterias daña sus paredes (endotelio), las pone rígidas, las inflama y favorece el depósito de colesterol, que las va obstruyendo.
Un problema importante a tener en cuenta es que, por lo general, la presión alta no produce molestias, y por eso se la llama “la asesina silenciosa”. Se puede tener presión alta sin presentar dolor de cabeza, bochornos, mareos y otras molestias. Es importante tener en cuenta si en la familia hay otras personas con presión alta.
La hipertensión es un factor de riesgo importante que favorece las enfermedades cardiovasculares y este efecto, se multiplica si se asocia a otros factores de riesgo como la diabetes, colesterol elevado, sobrepeso y obesidad, cigarrillo y vida sedentaria, todos ellos factores modificables con cambios de estilo de vida y tratamiento de medicamentos si es necesario. Los factores de riesgo que no se pueden modificar son el sexo masculino, la edad avanzada y los aspectos genéticos (herencia).
Las consecuencias más importantes de la hipertensión no tratada o mal controlada son:
*El accidente vascular cerebral: trombosis o hemorragia, que puede producir la muerte o graves secuelas.
*El infarto cardíaco: al obstruirse una arteria que lleva sangre al corazón se produce muerte de una parte del músculo y puede llevar al fallecimiento o dejar secuelas graves como insuficiencia cardíaca o arritmias.
*Insuficiencia renal: se obstruyen arterias que llevan sangre a los riñones, deterioran su funcionamiento, agravan la hipertensión y puede hacer necesaria diálisis renales.
*Circulación arterial periférica: se pueden dañar las paredes de la aorta favoreciendo la aparición de dilataciones (aneurismas) en el tórax y abdomen y obstrucciones en las arterias de las piernas, que producen dolor al caminar.
¿Cómo se previene y cómo se maneja el problema de la hipertensión?
La modificación de estilos de vida es fundamental y constituye la base de la prevención y a veces único y suficiente, cuando la hipertensión está en etapa inicial.
Los cambios más importantes son:
- Bajar de peso: Bajar 5 Kg puede reducir la presión en pacientes con sobrepeso. Para lograr bajar de peso, se deben combinar la dieta baja en calorías y el ejercicio.
- Actividad física El ejercicio aeróbico, caminar 30 a 45 minutos a paso rápido por lo menos tres veces a la semana disminuye la presión arterial y el riesgo cardiovascular en general.
- Consumo moderado de sal: Existe una alta relación entre el consumo alto en sal (cloruro de sodio) y la incidencia o mantención de la hipertensión. En Chile el consumo de sal es exagerado, 12 gramos al día, cuando no deberían ser más de 6 gramos diarios. Se debe evitar el consumo excesivo de alimentos ricos en sal como sopas en cubos o sobres y alimentos enlatados.
- Consumo moderado de alcohol: no más de 30 gramos diarios en hombres y 15 gramos en mujeres. 30 gramos de alcohol equivalen a dos botellas de cerveza (720 ml o 2 copas de vino (240 ml).
- Dejar de fumar: Corregir este solo factor reduce la enfermedad y mortalidad cardiovascular.
Tratamiento farmacológico: Cuando los cambios de estilo de vida no son suficientes para controlar la hipertensión arterial, el médico indicará uno o más medicamentos que mantendrán la presión arterial en valores adecuados. Estos medicamentos deben mantenerse en forma continua y sin interrupciones.
Control de la presión arterial: en cada consulta al médico se toma la presión arterial para evaluar la efectividad del tratamiento.
Ideal es que el paciente pueda tomar su presión arterial y anotarla, dejando constancia de la fecha, hora del día, lo que puede ser de gran ayuda para evaluar la evolución de la presión arterial en distintos momentos del día y la eficacia del tratamiento.
Felicitaciones Dr Akel: claro, preciso y conciso!.