Escrito por:
Dr. Paulo Valderrama Erazo
Cardiólogo pediatra
Presidente del Departamento de Cardiología Preventiva y Factores de Riesgo
Cada 21 de marzo se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down, cuyo principal
objetivo es crear conciencia acerca del valor de las personas, sus derechos e independencia para tomar sus propias decisiones y su crecimiento personal.
Temas propios de esta condición son los problemas de salud asociado al síndrome de Down como la disminución del tono muscular, algún grado de discapacidad intelectual, pérdida en la audición, apnea obstructiva del sueño, alteraciones visuales y oculares, hipotiroidismo, defectos cardiacos congénitos, entre otros.
De hecho, uno de cada dos niños con síndrome de Down nace con algún tipo de enfermedad al corazón o cardiopatía congénita, la cual puede ser diagnosticadas desde el periodo fetal a través de una ecocardiografía prenatal. Esta última puede diagnosticar algunas cardiopatías desde el inicio de segundo trimestre del embarazo, sin embargo, a partir de las 20 a 24 semanas de gestación es posible evaluar de manera más adecuada la estructura y función de corazón, debido a que el tamaño del feto permite una mejor visualización de las estructuras cardiacas.
En relación con los problemas cardíacos, los más frecuentes de observar en los recién nacidos con síndrome de Down son las alteraciones de los tabiques intracardiacos. Entre ellas, la más característica en paciente con síndrome de Down es el canal auriculoventricular completo, es decir, en donde existe un defecto en toda la zona central del corazón y, por lo tanto, existe una total comunicación entre las cuatro cavidades intracardiacas. Sin embargo, lo más frecuente es un defecto en el tabique entre los ventrículos llamado comunicación interventricular, seguido por un defecto en el tabique entre las aurículas llamado comunicación interauricular. Casi en su totalidad, estas alteraciones anatómicas pueden ser intervenidas quirúrgicamente.
Habitualmente, los controles a mediano – largo plazo de un niño con síndrome de Down dependerán de la enfermedad de base del corazón y de sus posibles defectos residuales. Pero, si un niño o niña con síndrome de Down que no presenta defectos en su corazón en el periodo de recién nacido, se recomienda siempre realizarse un control con cardiólogo pediatra y una ecocardiografía a los 12 o 15 años, por el posible riesgo de desarrollar algún grado de hipertensión pulmonar o algún defecto en alguna de sus válvulas como la válvula aortica o la válvula mitral.
En Chile existen, actualmente, cuatro centros cardioquirúrgicos pediátricos, todos ubicados en la ciudad de Santiago. Los cuatro centros, disponen de adecuados equipos multidisciplinarios, para el adecuado manejo del niño o niña con síndrome de Down con cardiopatía congénita y, por lo tanto, para entregar tanto un manejo prequirúrgico, como al momento de la cirugía y en su post operatorio inmediato y a mediano – largo plazo, mejorando sustancialmente la calidad y expectativas de vida de los niños y adultos con este síndrome.