Escrito Por:
Dr. Ricardo Zalaquett Sepúlveda
Editor General
Revista Chilena de Cardiología
La Revista Chilena de Cardiología fue fundada en Concepción en el año 1982, por el Dr. Alexis Lama, como “Boletín de Cardiología” (Figura 1). Durante la presidencia del Dr. José Antonio Rodríguez, en el año 1986, el boletín pasó a ser el órgano oficial de difusión científica de la Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular. Finalmente, en 1989, durante la presidencia del Dr. Oscar Román, pasó a llamarse “Revista Chilena de Cardiología”.
Así, SOCHICAR, como sociedad científica, es de una de las sub-especialidades médica y quirúrgica más importantes y a su vez, es el órgano patrocinante de una de las revistas científicas más antiguas del país, publicada ininterrumpidamente por más de 40 años. Esto refuerza y distingue a nuestra Sociedad como una organización de carácter científico, no una agrupación gremial, comprometida con el progreso intelectual de sus miembros y proyectada a toda la comunidad del país.
SOCHICAR, si bien desafortunadamente este acrónimo no la describe en plenitud, es una sociedad científica única, en cuanto a que agrupa a una pléyade de médicos internistas y cirujanos, y profesionales afines, de adultos y de niños, que hacen del estudio y tratamiento de las enfermedades del corazón y sus grandes vasos su quehacer principal.
Una sociedad científica de primera clase, como es la nuestra, debe contar con una revista científica de acceso universal, no solo “on line”, de lo cual está lleno el mundo digital actual, en el que todo fácilmente se confunde, sino que imperiosamente impresa en papel, lo que facilita su permanencia a través del tiempo, llamando a conservarla y a coleccionarla.
Una revista en la que por supuesto, el material científico que se publica es sometido a una rigurosa revisión “por pares”. Lo anterior no impide que, además, la Revista también difunda el pensamiento y objetivos de los líderes de la sociedad, honre a sus miembros y colaboradores internacionales fallecidos y que reconozca y destaque a miembros que la comunidad toda haya distinguido, como ha sido el caso reciente del Doctor Sergio Lavandero González, Editor Adjunto de la Revista, ganador del “Premio Nacional de Ciencias Naturales 2022”.
Así, la Revista Chilena de Cardiología distingue, a la vez que le da prestigio y prestancia a nuestra Sociedad. Todos deberíamos sentirnos orgullosos de la Revista Chilena de Cardiología, rostro visible de nuestra sociedad científica. Por lo mismo, debemos sentirnos fuertemente interpelados a sentir a la Revista como nuestra, motivo de orgullo, a la que debiéramos entregar lo mejor de nuestro quehacer científico, más que verla como algo utilitario a nuestro progreso profesional y académico. La Revista seguirá creciendo, será “grande”, en la medida en que todos pujemos por este objetivo. Esperar a que la Revista sea “indexada”, para entonces publicar en ella lo mejor de nuestra producción, no solo es una actitud egoísta sino inconducente, un buen ejemplo de un círculo vicioso, que solo lleva a menos y nos empequeñece a todos.
La Revista puede ser que no esté “indexada”, es cierto, pero está en SciELO (Scientific Electronic Online), logro de mi predecesor, el Dr. Eduardo Guarda, hecho que no es menor. Además, la Revista tiene una gran “visibilidad”, más que muchas, en nuestra comunidad cardiovascular nacional y latinoamericana, lo que es muy importante para nuestro quehacer profesional.
Mi intención al escribir estas líneas no ha sido otra más que invitarlos a todos a querer nuestra Revista, a sentirnos orgullosos de ella, y a entregar lo mejor de nosotros para lograr un mayor crecimiento que lleve a su consolidación en la literatura cardiovascular universal.
¡Nos vemos en el próximo número de la Revista Chilena de Cardiología!
Comparto plenamente lo propuesto por el Dr. Zalaquett. La revista es y será nuestro más importante medio de difusión científica.
Felicitaciones a todo el equipo de la Revista Chilena De Cardiología.